En el ámbito del diseño y las prácticas industriales, los materiales adquieren cada vez más relevancia como importantes impulsores del desarrollo y la innovación de productos, más concretamente en la promoción de un futuro más sostenible y la potenciación de las economías circulares.
Una economía circular comienza desde el principio de la vida de un producto. Tanto la fase de diseño como los procesos de producción tienen un impacto en el abastecimiento, el uso de recursos y la generación de residuos a lo largo de la vida de un producto. Este enfoque de diseño circular puede hacer que los productos sean más duraderos o más fáciles de reparar, mejorar o refabricar. Puede ayudar a los recicladores a desmontar los productos para recuperar materiales y componentes valiosos. En general, puede ayudar a ahorrar recursos valiosos. El diseño circular implica el diseño de servicios, el diseño de productos y también el diseño de materiales. La mayoría de los materiales tienen un ciclo de vida infinito. Pueden ser reutilizados, reformados y rediseñados con un nuevo propósito. Aprovechando el potencial inexplorado de los materiales, podemos llevar a cabo un cambio social, económico, medioambiental y político mediante un enfoque intersectorial.