¿Qué es el diseño resiliente?
Si partimos de la adaptación de diferentes marcos de trabajo en resiliencia al campo del diseño, podríamos decir que los productos o servicios derivados de un diseño resiliente deben ser capaces de prever, adaptarse y afrontar la incertidumbre y la adversidad, adecuándose de forma flexible a las diferentes circunstancias desde estrategias inclusivas, reflexivas y transformativas.
El enfoque del diseño resiliente ha de ser sistémico (todo está interconectado en menor o mayor medida); ha de tener en cuenta los potenciales efectos cascada desde un principio (no encontrarnos una vez desarrollado el diseño con efectos co-laterales no previstos que pueden ser mas dañinos que los efectos positivos que el diseño trata de conseguir); y ha de ser capaz de proponerse como parte de un proceso iterativo (capaz de aprender de si mismo y transformarse en el tiempo).
El #diseñoresiliente nos ubica en el contexto de espacio y tiempo en el que vivimos, proyectándonos en positivo hacia un futuro ahora mismo incierto. El planeta nos está diciendo que nunca seremos sostenibles si no aprendemos a ser resilientes.
Según la RAE la “resiliencia” es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o una situación adversa. Viene de la palabra latina resilio, que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar.
Después de haber sido usado inicialmente en el campo de la psiquiatría, podemos encontrar el concepto de resiliencia aplicado a la disciplina de la ecología (eco-sistemas y comunidades), la ingeniería (resistencia de materiales) , la reducción de riesgo de desastres (resiliencia con respecto a desastres), la crisis climática (adaptación y mitigación), o la gobernanza urbana (resiliencia social en un contexto urbano). Todos estos enfoques tienen un denominador común: hemos de conocer muy bien nuestro contexto, sus incertidumbres y sus potenciales amenazas, para poder adelantarnos a ellas en el proceso de solución de cualquier problema desde la disciplina de la resiliencia.
El diseñador resiliente deberá contemplar y conocer otras disciplinas que lo nutran, desde una visión sistémica y holística hacia la transformación. Disciplinas como la psiquiatría y la psicología, la antropología, la geología o la física, junto con las disciplinas medioambientales, climáticas, biológicas o botánicas han de ser incorporadas; sin olvidar la filosofía y la ética necesarias para preservar y proteger las vidas de las personas que habitan este planeta y el planeta en si mismo en un futuro incierto y no exento de peligros.
Antes de eso, las habilidades de un diseñador resiliente son la curiosidad por el entorno y la realidad cambiante que nos rodea, la humildad para entendernos como parte de un proceso sistémico de gran escala, lleno de pequeños cambios incrementales; y la valentía para abrazar una enfoque pionero desde la disciplina del diseño.